lunes, 27 de junio de 2011

Familia, sangre y alegría

Día 27 Junio 2011:


9 de la mañana. Hoy toca la zona sur de Rantepao y la ceremonia funeraria. La primera parada será para visitar Lemo. Unas tumbas en roca donde se conservan muchos "tau-tau". Los tau-tau son esculturas hechas en madera y vestidas con ropas, que se sitúan en el exterior de la tumba, y representan al difunto. En la antigüedad al no existir fotografías, las caras eran bastante inexpresivas e impersonales, pero a medida que se disponía de medios, los artesanos, esculpían los rasgos del difunto. Sólo la gente con el título noviliario de "puang" podía colocar tau-tau en sus tumbas. Aparte que es algo caro ya que se tiene que hacer a mano, a medida y por encargo.

De Lemo seguimos hasta Tampangallo, Suaya y Kambira, donde se encuentran las tumbas de los bebés hechas en árboles. Esta costumbre tiene su historia. Al parecer cuando un bebé moría, y no le habían crecido los dientes, se le consideraba santo, ya que no había cometido pecado, por no haber podido morder el pezón de su madre al mamar. Por este motivo, se les enterraba de una forma diferente al resto de las personas. Se consideraba que al meter el cuerpo en el interior del tronco del árbol, la sabia del mismo, iba a simular la leche de la madre para seguir alimentando al bebé. Se les colocaba dentro del agujero de rodillas y mirando hacia fuera, y se tapaba el agujero con una puerta hecha de palma con varias clavijas para sujetarla. Dependiendo de la clase social, se ponían más clavijas o menos. En el resto de pueblos, más tumbas en piedra, más tau-tau y los antiguos enterramientos en cuevas, donde ahora sólo quedan los huesos desprendidos de los ataúdes de madera carcomidos.

Después de este recorrido, Enos nuestro guía, nos lleva a una ceremonia funeraria. Aunque la hora oficial de inicio es las 12:00, conviene llegar antes para encontrar aparcamiento antes de que empiecen a llegar las hordas de familiares y conocidos del fallecido.

Todos los asistentes visten sus mejores galas y los hombres llevan una especie de tela negra que se ponen cruzada a modo de banda, pero también les puede servir de falda.
El protocolo exige que los invitados ofrezcan algún regalo a la familia del fallecido. Los dos regalos a elegir entre los locales son búfalos o cerdos. Dependiendo de las posibilidades de cada uno, variará la cantidad de animales que regale, y la calidad de los mismos. No es lo mismo llevar un cerdo, que un búfalo albino. A los extranjeros se nos permite ofrecer cartones de cigarrillos.

El pueblo está decorado al detalle. Se han construido muchos habitáculos para dar cabida y alojamiento a todos los invitados que irán llegando durante los próximos días. A nosotros nos sitúan en uno de ellos, con otros turistas y algunos locales. La familia viene a conocernos, les damos el pésame y les ofrecemos los cigarrillos. A cambio nos dan té y dulces. Mientras estamos allí, conocemos a Martinus, un guía que habla español muy conocido y recomendado en los foros de viajes. Yo también me sumo a las recomendaciones. Es un tío super alegre, con muy buen nivel de español, y que conoce perfectamente la historia de la zona, ya que es originario de aquí.

Todo a nuestro alrededor me llama la atención. Desde aquí puedo ver a los hombres encargados de descuartizar los cerdos que se van sacrificando, los nietos y nietas de la fallecida vestidos con los trajes y peinados típicos, los hombres que preparan hilos de hoja de palma para sujetar la carne, los camareros que se encargan de llevar bebida y comida a los asistentes... No paro de sacar fotos.. hasta que me doy cuenta que se me está acabando la batería y la tarjeta.. y me he dejado los recambios en el coche!!!! Puff, justo cuando va a empezar lo gordo. Subimos corriendo al coche, con la casualidad que al bajar coincidimos con el grupo que va llevando el cuerpo de la fallecida. Le precede una larga fila de mujeres que sostienen una larga tela roja. Los hombres son los que cargan con el sarcófago a la vez que lanzan gritos, saltan y lanzan agua. Al llegar al poblado, un problema.. el sarcófago y toda su estructura no entran por la puerta, así que toca desmontarla. Una vez salvado el obstáculo, la procesión recorre todo el poblado, hasta situarse delante del pedestal que han construido para depositar el ataúd. Todo es narrado por un comentarista que a golpe de megáfono cuenta qué es lo que está pasando en cada momento. Tras la llegada del cuerpo, los hombres forman unos corros y bailan y cantan una canción en honor a la madre muerta. El ataúd se sube hasta el pedestal y comienza el desfile de familias. Estas son recibidas por los nietos, en un habitáculo especial, se les lleva bebida y comida y se continúa así hasta que han llegado todos.

La última parte a la que asistimos fue el sacrificio de los animales. Primero los búfalos. Se les ata una pata a un árbol y se les estira el cuello para luego cortárselo. Todo el mundo se agolpa para verlo de cerca. La verdad es que es algo desagradable y muy sangriento. A continuación empieza el despiece del animal. Se le quita la piel, y los distintos trozos de carne se reparten entre los anfitriones y los que han regalado el búfalo. Los cerdos se matan de una puñalada en el corazón, se destripan, se les quema la piel y se descuartizan.

Una vez visto esto, se ha visto todo, así que nos marchamos. Lo que llama la atención de toda esta ceremonia es el transfondo del asunto. El concepto tan arraigado de familia, unidad entre pueblos..y la alegría con la que viven un momento tan triste, pero a la vez tan esperado por ellos, en el que ponen  todos sus ahorros y todos sus esfuerzos para que ese día sea el más grande para el fallecido.

La siguiente parada con nuestro guía será el pueblo de Kete Kesu con antiguas casas toraja que conservan todavía el tejado de bambú original. Muy bonito, aunque más turístico que el resto. Y por último el mercado de ganado. Aunque no es el día grande, hay muchos ejemplares de búfalos y cerdos que la gente local va a comprar para llevar a las ceremonias. Allí vemos una de las cosas más curiosas, un peluquero de búfalos!! Sí, sí, un tío que le corta el pelo a los búfalos a tijera con un peine, como en las peluquerías. Increíble los cuidados que reciben estos animales.

Ya de vuelta al hotel, pagamos al guía por sus servicios y nos vamos a descansar un rato. Cenita en un restaurante "chino" a base de pollo estilo KFC con Fede y Noe, y unas cervezas en el Mart's antes de ir a dormir.

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