domingo, 26 de junio de 2011

Tradición y cultura entre terrazas de arroz

Día 26 Junio 2011:


8 de la mañana. Desayunamos en el hotel. Hay dos opciones, desayuno indonesio (arroz salteado con huevo frito y pan de gambas) o tostadas con huevo frito.

9 de la mañana. Enos nos está esperando como un clavo. Comenzamos la ruta de hoy en un coche nuevo con aire acondicionado, asientos de cuero, cristales semi tintados... todo un lujo para lo que se ve por aquí. Por el camino ya empezamos a ver poblados con las típicas casas torajas. Nuestra primera parada es Bori. Se trata de un poblado donde existe un gran ejemplo de un "Rante".

Consiste en una serie de megalitos dispuestos entre ciertas construcciones de mini casas torajas. Cuantas más piedras haya y más grandes sean, implica que la familia ha empleado más dinero en construir este lugar. En un comienzo, las ceremonias funerarias tenían dos partes. Una primera parte se celebraba en el rante, donde se situaba al muerto en una de las casas toraja en miniatura, y desde un altillo en el centro se iba dispensando la carne de búfalo y cerdo a los familiares que asisten al funeral. La segunda parte se celebraba delante de las casas toraja donde habitan las familias. Como este ritual se tornaba en algo demasiado caro de mantener, actualmente no se utiliza el rante y se celebra únicamente la segunda parte.

Hay que tener en cuenta que un funeral para una familia es el mayor desembolso de su vida. Necesitan dar alojamiento a todos los familiares que vienen al funeral desde todas partes de Indonesia, o allí donde se encuentren. Si no tienen suficiente espacio en su casa, deben construir otras para que todos puedan quedarse allí. También deben dar de comer a todos los asistentes los días que dure el funeral. Para ello, se sacrifican búfalos y cerdos.

Más adelante hablaré de los animales, pero antes hacer mención a las casas. Su nombre en Toraja es "tongkonan". Son algo especialmente particular por su forma de construcción. Tienen grandes tejados con partes prominentes en el frente y en la parte posterior, a modo de ornamenta o quilla de barco. El techo original está hecho de cañas de bambú superpuestas, aunque los últimos modelos pueden ser incluso de plástico. El motivo de esta peculiar forma tiene 2 teorías. Una es que según los antiguos, se creía que los primeros habitantes de la zona llegaron por mar y utilizaron sus barcos para construir las casas. La otra, que están representando los cuernos de un búfalo, lo cual conecta a la familia con el cielo debido al simbolismo que representa el búfalo.

Aparte de un gran tejado, están construidas en alto, sin tocar el suelo, a modo de orreo, de manera que la humedad no llegue a la casa. El espacio que queda debajo se usa para trabajar el arroz o simplente descansar. Las paredes y columnas están decoradas con diferentes tallas y símbolos en rojo, blanco y negro. El frente de la casa suele decorarse con las ornamentas de los búfalos que ha ido matando esa familia a lo largo de las generaciones. Cuantos más cuernos, más distinción frente a las demás familias. La casa por dentro se divide en dos dormitorios, uno en cada extremo para padres e hijos, y en el centro la zona de comedor y cocina.

Los tognkonan pueden estar en un pequeño terreno o formando un poblado. Para trabajar el arroz y poder almacenarlo y secarlo, se construyen unos tognkonan mucho más pequeños. Cuantos más tognkonan tiene una familia, más importante viene a decir que es.

Estas construcciones se traspasan de padres a hijos, y es conservada por todos los miembros de la familia. Los cuales, a pesar de no vivir en ellos, tienen que contribuir en su mantenimiento y en el funeral de las personas que allí mueran.

Mañana iremos a ver uno en directo, así que ya hablaré de en qué consiste el funeral.

En Bori, además del rante, se puede ver la zona de enterramiento. Consiste en una enorme roca donde se pican a mano con un cincel unos agujeros de 2x2x2m donde irán encerrando los cuerpos de los fallecidos. Es como una especie de nicho comunitario para cada familia. Caben hasta 14 cuerpos apilados. Para tapar la entrada elaboran unas tapas de madera talladas a mano y decoradas con cabezas de búfalo. Son tan codiciadas que muchas de ellas han sido robadas para vender al turismo. Increíble pero cierto.

Para llevar el cuerpo hasta el lugar de enterramiento se construye un transportín con forma de casa toraja en miniatura y una vez utilizado se abandona bajo la roca para su destrucción natural. No puede ser utilizado para otro enterramiento.

Todo lo que gira entorno a la preparación para el momento de la muerte, conlleva mucho sacrificio para esta gente, tanto económico como físico. Sólo en cavar el agujero se tarda un año. En traer las piedras desde la montaña hasta el rante, se necesitan al menos 100 personas a las cuales hay que alimentar durante meses. Es algo admirable.

Aunque la población de Tana Toraja es en un 80% cristiana, en un 10% musulmana y en otro 10% animista. Esta tradición radica en la creencia en los dioses antiguos, y se sigue manteniendo a pesar de las religiones.

Nuestra ruta prosigue entre preciosas terrazas verdes de arroz, por una carretera muy estrecha y con muchos baches. Enos va parando en los mejores sitios y siempre está dispuesto a hacer un alto para que saquemos las fotos que queramos y disfrutemos del paisaje.

Las mejores vistas se encuentran en Batutumonga, donde pararemos a comer en el único restaurante de la zona. 93000 Rp por dos platos de noodles, unos pinchos de cerdo a la brasa y dos zumos naturales. El restaurante también ofrece alojamiento en una casa toraja o en habitaciones con vistas a los arrozales. La verdad es que tiene muy buena pinta. El problema es llegar hasta allí si no lo conoces.

La última parada antes de volver es Lo'ko Mata, donde hay otro lugar de enterramiento en piedra muchísimo más grande que el de Bori. Durante la visita escuchamos de fondo un sonido constante como si estuviesen golpeando algo. Enos nos cuenta que proviene de una aldea cercana donde están golpeando el arroz con unos troncos de bambú para quitarles la cáscara.

Nos acercamos a verlo de cerca y nos encontramos con el día a día de un poblado. Las mujeres peinándose las unas a las otras, los niños trabajando el arroz y los hombres cortando bambú para construir tuberías para el agua. Más auténtico imposible. Es una pena no poder comunicarnos con ellos, pero se muestran sonrientes cuando les saludamos en Toraja.

Emprendemos el viaje de vuelta a Rantepao. Nuestra última visita será el poblado de Palawa. Aunque somos los únicos turistas, debe ser un sitio de paso obligado pues está lleno de puestos con artesanía y abalorios. Aún así no deja de ser precioso por la cantidad de casas torajas y su antigüedad.

Volvemos a Rantepao, donde sacamos dinero del cajero, cambiamos los euros que nos quedaban, compramos los billetes de autobús para volver en unos días a Makassar. 2 billetes en el autobús nocturno deluxe de la compañía Bintang Prima por 240000Rp.

De vuelta al hotel a descansar un poco que dentro de un rato hemos quedado con una pareja de españoles que hemos visto en el camino.


Hemos estado cenando en el Mart’s Café donde se reúnen todos los extranjeros y los guías locales para tomar cervezas mientras los guías tocan la guitarra y cantan.
Aquí además de la comida indonesia tienen también platos occidentales: sándwiches, espaguetis…
Durante la ruta de esta mañana hemos conocido a dos españoles y hemos cenado con ellos. Son Noe y Fede y están de viaje por el sur de Asia desde hace casi 6 meses. Casualidades de la vida, Fede es de Aravaca, donde nosotros vivimos ahora, aunque él vive en Barcelona con Noelia. Son una pareja encantadora  y con ellos intercambiamos consejos y momentos de nuestros distintos viajes, mientras uno de los guías que habla español, nos canta de fondo La Cucaracha.

La cena la pagamos a medias, 132000Rp. Noe y yo abandonamos la charla para irnos al hotel a nuestros respectivos baños. Algo no nos ha sentado del todo bien. Fede y Samu se quedan charlando con el guía en español. Es todo un personaje. El tio habla inglés, francés y español. Es fan de Amaral y tiene una novia que es de Ávila pero que está trabajando en Francia. El tio lleva una borrachera importante, pero es muy simpático y agradable.

Ahora toca dormir...zzz..zzz

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