sábado, 25 de junio de 2011

Madre mía, dónde nos estamos metiendo??

Día 25 Junio 2011:

5 de la mañana, un señor nos despierta cantando por un altavoz. Al parecer es la llamada al rezo de la mezquita de al lado. Qué manera de desafinar, que se calle de una vez!!!

8 de la mañana, Dodo nos espera con el desayuno. Té y tostadas con una especialidad de Sulawesi, una crema hecha a base de azúcar, coco y huevo. Está rica.  Abonamos la cuenta a Dodo: 110000 por recogernos en el aeropuerto, 60000 de la habitación y desayuno, otros 60000 por llevarnos a la estación de autobús, 160000 por los dos billetes a Rantepao y 25000 de una cerveza.

9 de la mañana, salimos con Mr Tang hacia la estación de autobuses de Daya. No está lejos, pero con este tráfico para llegar a cualquier sitio se tarda un mundo. Nos acompaña Irena, una estudiante de odontología, colaboradora de Dodo, que habla inglés y nos guía por la estación para encontrar nuestro autobús.  Algo curioso, para entrar a la estación te cobran una entrada de 500 Rp .  No entendemos muy bien el por qué, pero pagamos las nuestras y la de nuestra acompañante(1500Rp)

Una vez dentro esperamos a que llegue nuestro autobús de las 10. Son las 10.15 y todavía no ha aparecido.  La terminal es cuando menos curiosa.



En los andenes hay más coches particulares que autobuses, furgonetas, minibuses, todoterrenos.. Y unos tíos con pinta de mafiosos no paran de gritar “Toraja, Toraja” y raptar gente para subirlas a esos coches. Las 10.45 y por fin aparece nuestro autobús de Litha & Co. Al subir nos piden las entradas que pagamos al principio, pero que se ha quedado nuestra acompañante. Les decimos que nos las tenemos pero que las hemos pagado, nos sonríen y nos dejan subir. Creemos que nos querían hacer pagar otra vez por ser turistas, pero al salir de la estación el conductor tiene que entregar al guardia de seguridad todos los papeles. Le indica que le faltan dos porque nosotros no tenemos y el guardia se sube al bus a ver quiénes somos, se ríe y se baja. Pues nada…





Otra vez al atasco. Cuando por fin salimos de la ciudad, llega el paisaje de arrozales, tráfico más ligero y a la vez la carretera en obras o sin terminar, con trozos de tierra, mil baches, mil curvas, mil motos, mil camiones apunto de chocar  con el autobús en cada curva…. El paisaje, la verdad es que es chulísimo. Estamos pasando por zonas rurales donde se ve cómo vive la gente, al pie de la carretera, donde la mayoría tienen su casa y debajo algún puesto de venta de frutas o verduras. Las casas cambian al igual que cambia el paisaje. En los arrozales están sobre el agua. Ya adentrándose en la montaña, son como una especie de chalet en alto, pero de madera. Algunos no llegan a la categoría de chabola y otros parecen ser más resistentes. Da pena ver la cantidad de niños pequeños que hay por la zona, jugando descalzos entre basuras y animales. Aún así siempre tienen la sonrisa en la cara y al vernos en el autobús se quedan con la boca abierta. Y es que no debe ser muy común para ellos ver extranjeros como nosotros. La prueba está en que de varios autobuses que hacen la misma ruta que nosotros sólo hemos visto a una madre y su hija que vienen también de Europa.

Hacemos 5 paradas hasta llegar a nuestro destino. Una de ellas a las 14:00 en un chiringuito de playa donde comemos arroz (22000Rp), noodles(15000) y una coca cola(7000Rp)



Tras 10 horas de viaje en ese autobús, con gente vomitando, un bebé que se hace caca, los baches, los sustos… conseguimos llegar a nuestro destino: Rantepao.  Nos dejan justo al lado del hotel donde nos espera Enos, un colega de Dodo, que nos hará de guía durante un par de días.

El hotel es el Indra Toraja, está en el centro del pueblo y la habitación estándar aunque es normalita, está limpia y tiene baño con ducha y agua caliente. Se incluye desayuno, TV y WIFI. La noche nos sale por 240000Rp. Puede que sea caro, pero llegando a las 9 de la noche y con el guía esperando, tampoco teníamos mucha opción de mirar otros alojamientos, así que lo cogemos.

También negociamos las excursiones y los precios. Nos hace una rebaja pero con la condición de no enseñársela a nadie, porque según él se está saltando los precios oficiales.  El hombre parece majete, habla un inglés que podemos entender sin problemas y lleva más de 20 años haciendo de guía. Me da confianza, así que prefiero no pensar que el precio acordado es alto. Lo del regateo no se me ha dado nunca nada bien.

Salimos a cenar algo y Enos nos acompaña. Nos cuenta cómo es la vida en Indonesia, el turismo, costumbres. La verdad es que es un hombre muy agradable.

Volvemos al hotel a descansar. Mañana empezamos la ruta a las 9 por la zona del norte de Rantepao ya que al ser domingo no se ofician funerales. Así dejaremos esa otra zona para el lunes.
Buenas noches.

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